Perspectivas sobre la nueva Ley
La Ley de Carrera Pública Magisterial (CPM) era posiblemente la más urgente de ser aprobada para mejorar la situación de la educación básica. Si bien, en alguna medida, son comprensibles las demandas actuales de los docentes por sus derechos magisteriales, no se pueden olvidar en la discusión violenta los derechos de los estudiantes por una educación de calidad.
La nueva norma debería favorecer el avance en este último punto, al tiempo que se trabaja por fortalecer el prestigio profesional de los docentes, tan venido a menos últimamente por una diversidad de motivos.
Hay muchos retos para la implementación eficaz de la ley, empezando por la elaboración de su reglamento. Diseñar evaluaciones válidas de docentes es una tarea compleja que requiere recursos y tiempo, como demuestra la experiencia internacional. Para ello se requieren mediciones de los conocimientos y habilidades cognitivas de los docentes por área de especialización y nivel educativo, su desempeño pedagógico en el aula y su desempeño profesional en un sentido amplio, incluyendo la colaboración con colegas, y como modelo de comportamiento ético y ciudadano para sus estudiantes.
Para su implementación será fundamental también que el Estado provea, para la formación profesional docente continua, recursos y oportunidades que estén alineados con la norma.
En este contexto, es importante recordar que iniciativas como esta ley no deben ser implementadas de manera aislada, sino como parte de una visión y un plan integral, como el que podría elaborarse con base en el propuesto recientemente en el Proyecto Educativo Nacional.
Este Proyecto, elaborado por el Consejo Nacional de Educación, fue asumido por el Gobierno. Si la carrera magisterial se enmarca en él más allá del discurso político, tiene el potencial para ser el primer paso en la mejora radical de la educación peruana.