Retos Pendientes en Telecomunicaciones
A comienzos de los años noventa, para obtener una línea telefónica, el usuario tenía que esperar meses e incluso años. El sector telecomunicaciones mostraba tecnología desactualizada, la calidad del servicio era mala, los precios estaban distorsionados -en muchos casos, eran artificialmente bajos- y, por consiguiente, el sector se encontraba descapitalizado y afrontaba constantes pérdidas y problemas laborales.
Una década después, la situación es la opuesta. La industria de telecomunicaciones ha cambiado drásticamente desde la privatización. En 1998, el sector peruano de telecomunicaciones había expandido sus redes en aproximadamente 167% en comparación con 1993, la densidad telefónica (es decir, el número de teléfonos fijos y celulares por cada 100 habitantes) se había incrementado de 2.9 a comienzos de los años ochenta a 11.3 en el 2000, y se dio una mejora considerable en calidad y tecnología del servicio.
¿QUÉ SIGNIFICAN ESTOS CAMBIOS EN TÉRMINOS DEL BIENESTAR DE LOS USUARIOS?
Los usuarios están mejor o peor después de estas reformas? En base al análisis de cómo ha evolucionado el bienestar de los usuarios1 se puede afirmar que a pesar de los resultados positivos observados desde las reformas, aún pueden realizarse mejoras importantes. Si bien el bienestar de los usuarios ha crecido sustancialmente, en los últimos años se observa un desace-leramiento. \r\n\r\nAsí, por ejemplo, en Lima Metropolitana, para los estratos de mayores ingresos que ya poseían teléfono el aumento en el bienestar ha sido cada vez menor con el rebalanceo tarifario (fórmula que determina las tarifas a través de la reducción del costo de las llamadas locales y de larga distancia a cambio del incremento de la renta básica), ya que terminaron pagando más por el pago mensual fijo y por las llamadas locales habiendo tenido ya el servicio.\r\n\r\nEn el caso de los estratos socioeconómicos bajos, al analizarse el excedente por cada hogar promedio se encuentra que la existencia de una renta básica elevada afectó especialmente a estos hogares, pues el bienestar de este sector de la población se deriva fundamentalmente de poder acceder al teléfono para recibir llamadas antes que a la duración de las llamadas efectuadas.
MAYOR COMPETENCIA: CLAVE PARA QUE EL CONSUMIDOR OBTENGA MÁS BENEFICIOS
Aun cuando los beneficios obtenidos a partir de la privatización son claros y se manifiestan en el incremento de la eficiencia productiva, en el mayor acceso al servicio y en el bienestar de los consumidores, es necesario que la entidad reguladora emprenda más esfuerzos en el terreno de las estructuras tarifarias para evitar una reducción en el incremento de los beneficios de los usuarios.
La entrada de nuevas firmas que brindarán servicio telefónico local e internacional generará más competencia. Por lo tanto, es posible crear las condiciones para que los precios se reduzcan hasta alcanzar estándares internacionales. Creemos que ahora es necesario fomentar un esquema más enérgico de competencia en el sector sin incurrir en una duplicación ineficiente de infraestructura, ya que de lo contrario la empresa dominante tendrá cada vez más instrumentos para generar barreras al ingreso de otras compañías al mercado.
Desde el punto de vista social la presencia de nuevos competidores es deseable por diversas razones. Las nuevas empresas buscarán ofrecer servicios diferenciados que la empresa dominante no brinda. También intentarán proveer los servicios existentes por un costo menor y, finalmente, obligarán a la empresa dominante a producir con más eficiencia. Con esta finalidad, OSIPTEL tiene que desarrollar una política inteligente de interconexión, que conduzca a un uso eficiente de la red existente, que ofrezca incentivos para que sus dueños inviertan y minimicen costos y que genere una entrada eficiente de empresas, todo bajo un costo de regulación razonable. Finalmente, se debe reforzar la autonomía y las capacidades de OSIPTEL para detectar y sancionar infracciones a la leal y libre competencia en las telecomunicaciones2.
1 El bienestar se midió mediante el concepto de excedente del consumidor; es decir, la diferencia entre el valor total que reporta el consumo del teléfono al consumidor y la cantidad total que éste paga por él.
2 Con esta finalidad, OSIPTEL debe hacer un esfuerzo para conocer las estructuras de costos de Telefónica así como los de las posibles empresas entrantes. También debe estar al tanto de la demanda y la intensidad de la competencia para poder desarrollar una adecuada política de interconexión.