Platos vacíos: informe sobre transgénicos en el Perú, de la revista Poder, recoge opinión de Eduardo Zegarra
Eduardo Zegarra, investigador principal de GRADE, opina en Platos vacíos, informe de la revista Poder en torno a las interrogantes alrededor del cultivo de organismos vivos modificados (OVM) —llamados transgénicos— como vía para combatir la escasez de alimentos y al caso particular de la agricultura peruana. Ello, a propósito de varios hechos ocurridos durante los primeros meses del año que han devuelto el tema al debate público, a pesar de la moratoria al ingreso y producción de transgénicos en nuestro país.
De acuerdo a Zegarra, los problemas de acceso a alimentos no se deben a una carestía por falta de producción, sino a los altos precios y al bajo poder adquisitivo de las familias. La solución a esto, sugiere, podría estar en fortalecer la agricultura y llegar a los mercados de alto valor.
Sobre el rol del Estado peruano para incentivar la agricultura tradicional, sin recurrir a los OVM, y para crear condiciones para comercializar productos emblemáticos a nuevos mercados, el economista de GRADE indica: “Promover la agricultura orgánica debería ser una gran decisión política del país, no una iniciativa particular. Creo que con ello, en 10 o 15 años, el Perú puede ser un actor relevante en el contexto internacional”.
Si bien en la sierra hay mayor diversidad de cultivos, a la vez hay más pobreza. Para potenciar la agricultura, Zegarra concuerda con la importancia de otorgar financiamiento. Afirma que el banco agropecuario solo le presta al 3% de los agricultores del Perú y que debería cubrir por lo menos al 25%. «Esa tendría que ser una meta elemental si queremos contar con una agricultura que aumente oferta y calidad», subraya.
Frente al actual boom gastronómico del Perú, Zegarra considera factible convertir a nuestro país en un productor de cultivos de nicho atados a la agricultura gastronómica. «La gastronomía moderna, para crecer, necesita homogeneizarse. No es viable una con insumos demasiado diversos. Hay que combinar algunos productos fundamentales, con los cuales se armará la base de la gastronomía, y estos, en mi opinión, deberían estar conectados con la agricultura familiar», señala.
