Lorena Alcázar: A pesar del crecimiento económico, las cifras de anemia y desnutrición son relativamente peores que otros indicadores del Perú
Las cifras de desnutrición infantil y anemia en el Perú, y las acciones del gobierno para enfrentarlas fueron discutidas por Lorena Alcázar, Investigadora principal de GRADE, y Enrique Pasquel, conductor del programa Rumbo Económico de Canal N.
“En desnutrición crónica estamos bastante mejor. Hubo una reducción muy significativa que pasó del 30% en 2000 al 18% en 2012, según las últimas cifras públicas de la ENDES; sin embargo, (la desnutrición crónica) sigue siendo un problema importante, sobre todo porque las diferencias entre urbano y rural son enormes […] Por ejemplo, Huancavelica tiene más del 50% de desnutrición crónica en menores de cinco años”, indicó la economista.
En relación a la problemática de la anemia, Alcázar indica: “estamos aún peor (que en desnutrición): 4 de cada 10 niños sufren de anemia y existen departamentos con 60%, 70% de niños anémicos. Ahí la situación es más compleja porque prevenir la anemia no es tan complicado pero curarla sí”.
Así, a pesar del crecimiento económico de los últimos años, la investigadora subraya que las cifras de anemia y desnutrición son relativamente peores que otros indicadores del país: “si bien en desnutrición hemos bajado a 18%, otros países de la región o fuera de la región en una situación económica más complicada que el Perú, tienen mejores indicadores”, agrega.
Retos pendientes
“Lo que sucede con la desnutrición y la anemia es un buen ejemplo de lo que sucede en la política intersectorial”, expone Alcázar. Destaca que ambas problemáticas requieren de una política en la que deben intervenir Salud, Economía y Finanzas, Agua, Educación, entre otros sectores. “En el pasado, uno de los principales problemas era una falta de política social. En ese sentido, la creación del MIDIS ha sido un avance enorme; sin embargo, aún son esfuerzos tempranos”, indica.
La economista recordó los problemas que enfrentó la entrega del complemento nutricional —antes a cargo del Programa Nacional de Asistencia Alimentaria (PRONAA) y ahora a cargo del Ministerio de Salud—, así como planteó los retos actuales. “Se ha iniciado la entrega de unos sachet con una serie de micronutrientes pero, además del tema de si efectivamente llegan, la parte más difícil es que sean bien usados”. Asimismo, a pesar del trabajo en conjunto con el programa de transferencias condicionadas Juntos, aún deben fortalecerse más los servicios de salud. La investigadora de GRADE agregó: “Hay otros temas para atacar la desnutrición como la educación de la madre, las prácticas de higiene, entre otros. Esa parte ha estado descuidada porque no había quién la haga.”
A ello se suma, de acuerdo a Alcázar, el reto de mejorar el sistema de control de condicionalidades: “el gestor de Juntos, que tiene otras labores por cumplir, debe ir a cada posta y colegio, sentarse con la persona encargada y verificar que se cumpla (la entrega). Debería haber un sistema que registre si el niño recibió la vacuna, el micronutriente, etcétera, y ello debería estar organizado para cuando llegue Juntos. El programa no debería destinar tantos recursos humanos al control de condicionalidades”.
Finalmente, subrayó el rol clave del agua, un determinante importante de la desnutrición. “En las zonas rurales aún hay porcentajes importantes que todavía no cuentan con agua potable y, si la tienen, menos del 1% la tiene debidamente clorada. En el tema de saneamiento, estamos aún peor: los porcentajes en las zonas rurales son menores del 15%.”
En 2011, el estudio de Alcázar, Impacto económico de la anemia en Perú (Acción contra el Hambre; GRADE), estimó que con una relativa poca inversión estatal para prevenir la anemia, el Estado peruano se ahorraría un costo social y económico muy grande, dado que tiene un gran porcentaje de niños y adultos anémicos y por las graves secuelas que genera la anemia en los individuos y la sociedad.