Juntos y lo productivo
«Si programas como este (Haku Wiñay) hubiéramos implementado desde antes, no tendríamos problemas de conocimiento. Soy un yachachiq que me gusta compartir mis experiencias, para cambiar el Perú”.
Francisco Sotacuro Romero, 47 años, tercer grado de primaria, Yachachiq del Centro Poblado Ambo, Chupaca Huancavelica
Por Carolina Trivelli, Investigadora principal del Instituto de Estudios Peruanos (IEP)
Hace poco se dio un debate a partir de una propuesta para convertir Juntos en un programa productivo. La idea, planteada por un periodista, no parece muy acertada, pues como vimos en un número anterior de esta revista, Juntos logra resultados significativos en las condiciones de vida de las familias más pobres y trae cambios positivos en la vida y oportunidades de miles de niños peruanos. Juntos debe seguir haciendo aquello que hace bien: asegurar que los niños más pobres vayan a la escuela, tengan todas sus vacunas, cuenten con un plato de comida en su casa.
Respecto a lo productivo, hay consenso sobre que iniciativas como Juntos deben trabajar en alianza con programas productivos que ayuden a las familias a salir adelante, a generarles nuevos ingresos e incrementar su productividad y seguridad. Los programas productivos son un complemento a Juntos, no un sustituto. En esa línea, Juntos trabaja hoy con el programa Haku Wiñay de Foncodes, para que las familias rurales más pobres puedan elevar su producción, mejorar sus viviendas y generarse nuevos ingresos.
Esta alianza es nueva y está en proceso de expansión. En su primer año, Haku Wiñay atendió a más de 20.000 familias y en el 2016 atenderá a más de 150.000, tal como respondió Javier Escobal, de Grade, al periodista que, con razón, señalaba que estas cifras de atención son mucho menores que las de Juntos (que llega a 716.000 familias). Vale la pena recordarle Jaime de Althaus, el periodista, que a Juntos le tomó más de ocho años alcanzar esta cobertura. Si se trata de avanzar más rápido, pidámosle velocidad y mayor cobertura a Haku Wiñay y no mezclemos las cosas.
Pero a esta discusión se sumaron otros actores, quienes señalaron que Haku Wiñay no es la mejor alternativa y que hay otras mejores, como Sierra Productiva. Haku Wiñay aprendió de Sierra Productiva, tomó varios de sus logros, los mejoró y adaptó a la gestión pública. Sierra Productiva, los programas de Soluciones Prácticas (ex ITDG), Marenass, el Proyecto Corredor Puno Cusco, el Proyecto Sierra Sur y Sierra Norte, todos han aportado a Haku Wiñay. No suena muy lógico proponer reemplazar una experiencia de síntesis, aprendizaje, adaptación e innovación por alguna de las experiencias de las que aprendió.
Haku Wiñay trabaja con las familias, con sus organizaciones y con los Yachachiq, que hace décadas desde distintos programas y proyectos aprenden y enseñan, que conocen por experiencia y que, sin tener educación formal, tienen mucho que enseñar y saben cómo hacerlo. Son las familias organizadas las que contratan a los Yachachiq, sin intermediación de ONG o del Estado. Y es la propia gente la que elige a quién contratar según lo que necesita. Haku Wiñay capacita, empodera, apoya y acompaña a las familias en su ruta de progreso.
Las familias que hoy trabajan con Haku Wiñay están avanzando, sus comunidades ven cambios positivos y cuando estas mismas comunidades ven llegar más infraestructura, tienen más esperanza en un futuro mejor. Por eso debemos centrar el debate en cómo lograr que Haku Wiñay coordine sus intervenciones no solo con Juntos, sino también con los planes de expansión de los ministerios de Agricultura y Riego, Transportes y Comunicaciones, Vivienda, Construcción y Saneamiento, y Energía y Minas, así como con el Fondo para la Inclusión Económica en Zonas Rurales (Fonie) en cómo crear espacios para que se articule y convoque a los Gobiernos regionales y locales para incrementar las oportunidades de las familias y comunidades; en cómo lograr mayor cobertura, más rápido, sin arriesgar calidad ni sostenibilidad. Esa es la agenda. No nos perdamos discutiendo si Haku Wiñay es mejor que Juntos, pues es distinto y logra otros objetivos. No nos perdamos discutiendo si es mejor que Sierra Productiva o Sierra Sur. Es distinto y ya aprendió de ellos.
Fuente: Poder 360º