Evaluar para mejorar la calidad de la educación
Los dos dictámenes de la Ley Marco de Educación propuestos en el Congreso coinciden en proponer la creación de un sistema nacional de evaluación educativa. El autor analiza el tema y destaca que será necesario discutir ampliamente las características de este sistema y sobre todo del uso de la información.
En los últimos años el tema de la evaluación educativa ha cobrado una importancia que nunca antes había tenido en el Perú. Por ejemplo, la Unidad de Medición de la Calidad del Ministerio de Educación difundió los resultados de la Evaluación Nacional realizada a fines del 2001, en los que se mostró que la mayoría de estudiantes de diversos grados tenía puntajes por debajo de lo que sería de esperar dado el currículo vigente. Además, la evaluación de docentes realizada el 2002 también por el Ministerio de Educación sugirió que muchos maestros tenían conocimientos o habilidades por debajo de lo esperado. Recientemente, en los dos dictámenes para la Ley Marco de Educación se ha propuesto la creación de un Sistema Nacional de Evaluación, Acreditación y Certificación de la Calidad Educativa, que estaría a cargo de un instituto estatal autónomo.
La práctica de evaluar insumos, procesos y resultados educativos es ahora común en el mundo desarrollado. Sin embargo, no es la evaluación en sí la que genera cambios en los sistemas, sino el uso que se le da a esa información. Lamentablemente, a pesar del notable trabajo de evaluación realizado en el Perú, el uso que se le ha dado a la información ha sido escaso. Por ejemplo, la Evaluación Nacional del rendimiento de los estudiantes realizada en 1998 resultó en una serie de 20 boletines informativos publicados por el Ministerio de Educación. En algunos Boletines se analizó el tipo de errores que cometían los estudiantes en matemática y comprensión de lectura. En otros se han analizado las prácticas en torno de las tareas escolares, las actitudes de los estudiantes hacia la escuela, y los factores de los estudiantes, sus familias y las escuelas que incidían en el rendimiento (este tipo de análisis es el que el actual ministro ha llamado «multivariante»).
En este contexto, hay que destacar que el Perú ha participado en la primera ronda de la evaluación PISA, dirigida a estudiantes de 15 años inscritos en el sistema educativo. Las evaluaciones incluyen matemática, comprensión de lectura y ciencias. PISA es un formidable proyecto de la OCDE, potencialmente muy relevante a la mejora del sistema educativo peruano, y sin embargo, si nos atenemos a la tradición, lo único que se logrará son titulares de periódicos como «nuestros estudiantes son los últimos en el mundo», sin ningún tipo de análisis formativo. Evaluaciones como PISA y las realizadas por el ministerio deberían ser de mucha utilidad para la revisión del currículo, de las prácticas de formación y capacitación de docentes y directores, y de elaboración y distribución de materiales educativos, por dar algunos ejemplos. También podrían ayudar a generar sistemas de incentivos profesionales y económicos para docentes y centros educativos.
La Comisión de Educación del Congreso de la República ha tomado nota de los bajos resultados de los estudiantes peruanos en las evaluaciones realizadas, y ha encontrado conveniente proponer la creación del Instituto Peruano de Evaluación, Acreditación y Certificación Educativa. Así, de manera periódica se tendrá información sobre los logros académicos de los estudiantes, la calidad del servicio educativo que ofrecen las instituciones de educación superior y los conocimientos y habilidades de los profesionales que culminan su carrera. La ley marco, sin embargo, no indica las características específicas del instituto. Solamente anuncia su creación y fines generales. Sería de esperar que en los próximos meses se debatan públicamente las funciones del instituto, pero sobre todo el uso que se le dará a la información resultante, para que las evaluaciones educativas ayuden a mejorar la calidad del sistema educativo peruano.