El uso del castigo corporal para impartir disciplina en el colegio
El Documento de Trabajo 70 del estudio Niños del Milenio: «Prefiero que me peguen con palo… las notas son sagradas». Percepciones sobre la disciplina y autoridad en una secundaria pública en el Perú fue presentado y debatido durante la primera semana de diciembre por un grupo de personas, entre las que estuvieron funcionarios gubernamentales, miembros de la sociedad civil e investigadores.
El estudio de largo plazo Niños del Milenio está a cargo de GRADE en el Perú y es conocido internacionalmente como Young Lives. Esta investigación está siguiendo la vida de alrededor de 12 000 niños en Etiopía, India, Perú y Vietnam -cerca de 3000 en cada país- por quince años para identificar las causas y consecuencias de la pobreza infantil. El Instituto de Investigación Nutricional (IIN) también comparte la responsabilidad del estudio en el país. Durante la discusión del documento, en el auditorio de GRADE, se coincidió en que el uso del castigo corporal para impartir disciplina al interior de diversas secundarias públicas es una práctica común y de larga data. Esta se ejerce principalmente por los docentes, y se reproduce entre estudiantes.
Lamentablemente, esta situación es tolerada por todos los actores involucrados en el sistema educativo (padres, docentes, director y estudiantes), pese a que las leyes y los reglamentos de los colegios la prohíben. Esto ocurre, principalmente, porque los docentes no conocen otras formas de ejercer la disciplina en el colegio y porque se confunde el concepto autoridad con autoritarismo. De la misma forma, los padres -y la sociedad- también ignoran otra forma de corregir comportamientos considerados inapropiados que no sean la agresión verbal y física.
El documento presenta las opiniones y las experiencias sobre la disciplina y castigo en la vida escolar de un grupo de adolescentes entre 14 y 16 años de edad de una secundaria pública en una ciudad urbana en la sierra del Perú. El estudio de caso recogió la información usando métodos cualitativos como entrevistas a profundidad con los estudiantes, sus padres, profesores y director de la escuela, además de observaciones en la clase, el colegio y en el hogar de esos estudiantes.
Los resultados del documento sugieren que el castigo es la piedra angular del sistema disciplinario dentro del colegio y, por lo tanto, modela las relaciones sociales entre los diferentes actores involucrados, incluyendo los alumnos, los profesores y los padres. El estudio también halló que el uso del castigo corporal se justifica por los adolescentes y sus maestros, como un recurso natural para resolver conflictos. Sin embargo, los mismos estudiantes adolescentes también cuestionan que el empleo de esa violencia sea arbitrario, igualmente constante en el ambiente escolar. La verticalidad de la relación entre docente y alumno es cuestionada por los estudiantes, quienes esperan tener una relación de confianza pero también de exigencia para poder aprender. Así, se reconoció que los profesores desconocen el mundo de los adolescentes, además de carecer de los instrumentos de psicopedagogía adecuados para interactuar con ese grupo juvenil.
De ahí que en el debate se argumentó que una política pública enfocada en que todos tomen consciencia de los perjuicios de esas prácticas violentas, así como en la necesidad de reemplazarlas por otros métodos psicopedagógicos, sería bien recibida primero por los jóvenes -los más afectados- y luego por la sociedad.
Funcionarios gubernamentales, miembros de la sociedad civil e investigadores.
Vanessa Rojas, Investigadora Asistente de GRADE y autora del presente documento de trabajo.