Zegarra, E., Anderson, J., Geng, D. y González, F. (2024). Movilidad y dinámicas socioeconómicas en la provincia de Yauyos: evidencia sobre impactos de la pandemia covid 19 y sus secuelas en la población rural. En A. L. Araujo, M. Bravo y M. Espinoza (Eds.), Sepia XX. Perú: el problema agrario en debate. (pp. 383-422) Lima: SEPIA.

En el presente año, el Perú vivió una crisis de incendios forestales sin precedentes. Se identificaron alrededor de 10 400 incendios forestales que afectaron a cerca de 3000 hectáreas hasta octubre de 2024, duplicando el número de incendios y la extensión del área perjudicada reportados en el 2020. Esta crisis está fuertemente vinculada al cambio climático y a sus impactos en los regímenes hidrológicos de la Amazonía, lo que ha provocado una severa sequía que ha incrementado la vulnerabilidad de los bosques tropicales frente al fuego. El río Amazonas superó un nivel mínimo histórico en cuatro décadas, y el río Negro en la Amazonía brasileña alcanzó un nivel mínimo en 122 años. Sin embargo, la problemática va más allá del factor climático: la degradación del bioma amazónico —manifestada en la pérdida de funciones ecosistémicas y en la resiliencia de los bosques frente a fenómenos como los  incendios— continúa intensificándose, impulsada por una frontera agropecuaria que avanza aceleradamente, junto con la construcción de carreteras, la expansión de mercados y el crecimiento de las economías ilegales. Esta situación se agrava en un contexto de erosión democrática, en el que el debilitamiento de la regulación ambiental y la implementación de nuevos marcos normativos permisivos facilitan el cambio de uso del suelo en la Amazonía, comprometiendo aún más la integridad de estos  ecosistemas. Dadas la multidimensionalidad y complejidad del impacto antropogénico sobre la Amazonía, es posible que las crisis de incendios forestales se vuelvan eventos más recurrentes y de mayor escala en los años venideros.
Nos encontramos, entonces, ante escenarios que nos alertan sobre las enormes consecuencias que están teniendo las presiones  sobre los territorios amazónicos y el medio ambiente; procesos que, además, tienen correlación con impactos en los sistemas hidrológicos, escasez hídrica y crisis climáticas que deben atenderse con urgencia.
También es importante que, en este camino de aprendizaje y diálogo, no perdamos de vista los aprendizajes e impactos que la pandemia tuvo para el mundo rural. En un contexto de constante crisis y transformación, reflexionar sobre los efectos del COVID-19 resulta necesario para comprender las configuraciones pospandemia y cuánto nos revelan sobre procesos de mayor alcance y transversales que caracterizan la coyuntura actual, incluyendo problemáticas que se perpetúan y normalizan, como la precariedad de los sistemas alimentarios y de protección social y las profundas desigualdades de género.