Inversión en la calidad de la educación pública en Perú y su efecto sobre la fuerza de trabajo y pobreza
Año | : | 1997 |
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Autor/es | : | Jaime Saavedra |
Área/s | : | Educación y aprendizajes, Empleo, productividad e innovación, Reforma del Estado e instituciones públicas |
[1997] SAAVEDRA, Jaime. Inversión en la calidad de la educación pública en Perú y su efecto sobre la fuerza de trabajo y pobreza. Washington, D.C.: BID. 55 p.
Generalmente se acepta que la inversión en la educación es un componente vital en cualquier estrategia para reducir la pobreza. Al hacer que el sistema educativo sea más eficiente, se podrían reducir los índices de repitencia, aumentando por lo tanto el nivel de calificación e ingresos de la fuerza laboral menos capacitada. Pero podría pasar un largo tiempo hasta que el flujo de graduados con una mejor educación comience a ingresar al mercado laboral. Aún entonces el impacto sobre la estructura de la fuerza laboral posiblemente sería leve debido a que la proporción de nuevos ingresantes es pequeña si se la compara con el total de aquella. Este estudio tiene como objetivo demostrar en cuánto tiempo y con qué intensidad se verían afectadas la pobreza y la composición educativa de la fuerza laboral si se realizan inversiones masivas en educación primaria y secundaria.
El análisis se basa en el caso del Perú ya que se cuenta con índices de costos en escuelas públicas y privadas, así como también con buenas estimaciones de porcentajes de repitencia y deserción en este país. Saavedra construye un modelo de simulación del sistema educativo y luego utiliza los datos observados para calcular qué ocurriría con la fuerza laboral y la pobreza si el gobierno invirtiera por cada alumno de escuela pública lo mismo que actualmente se está invirtiendo en Perú en las escuelas privadas, asumiendo que estos gastos adicionales permitirían a las escuelas públicas llegar a los porcentajes de deserción y repitencia que presentan las escuelas privadas.
Para aumentar el gasto por alumno al nivel de las escuelas privadas se requeriría que el Perú triplicase su presupuesto para escuelas públicas y que aumentase en un 100% el gasto educativo como fracción del PBI (de 1,6% a 3,2%). Ya que se esto se realiza durante un período de tiempo que va hasta el año 2010, el aumento del número de trabajadores capacitados no llega a ser tan alto ni siquiera durante los próximos quince años. Comparando una simulación de nivel base que proyecta el rendimiento actual a uno en que las escuelas primarias y secundarias llegan a los niveles de rendimiento de las escuelas privadas en el año 2010, y en la cual el mismo porcentaje de graduados de escuelas secundarias públicas y privadas ingresa a universidades, Saavedra encuentra pequeños cambios en la estructura educativa de la fuerza laboral, a pesar del mayor gasto y de los elevados aumentos en el número de nuevos ingresantes con títulos secundarios y universitarios. Para el año 2010, el número de analfabetos y de graduados de la escuela primaria que forma parte de la fuerza laboral disminuye solamente un 3%. Esto ocurre debido a que como el sistema educativo mejora y más estudiantes ingresan a la universidad, se reduce el número de nuevos ingresantes con educación secundaria, equiparando así el aumento de graduados universitarios.
El mensaje es aleccionador. Las inversiones en la educación tienen un largo período de gestación y un pequeño impacto en la estructura educativa de la fuerza laboral, aún en un lapso de quince años. Saavedra estima que si el Perú llega gradualmente a alcanzar los estándares de la educación privada, esto reduciría la pobreza en aproximadamente un 5% en el año 2010. Una política macroeconómica que aumentara el índice de crecimiento sostenido en un 0,5% por año durante el mismo período de quince años en el cual se basa la simulación de Saavedra, reduciría la pobreza a la mitad de lo que lo harían las inversiones en educación que el autor estudió. Esto no quiere decir que mejorar la educación no es importante.
No queda duda que es de crítica importancia para mejorar la productividad y las perspectivas de crecimiento, beneficios que, aunque numerosos, tardan un largo tiempo en materializarse.