TLC aprobado, pero ojo con los transgénicos
La promulgación del Tratado de Libre Comercio (TLC) nos coloca ya en la fase de implementación de las normas e instituciones necesarias para aprovechar mejor las oportunidades y evitar potenciales costos en la economía peruana. Uno de los riesgos importantes, por ejemplo, es la posible difusión de material transgénico en nuestra agricultura. Esto puede ocurrir por el previsible aumento del Comercio agrícola con Estados Unidos, país que produce y exporta alimentos transgénicos a escala masiva y que busca también exportar tecnologías patentadas detrás de estos productos (esta tecnología consiste en transferir material genético-generalmente de otra especie-a un cultivo para obtener una mayor resistencia a plagas o a ciertos herbicidas, por ejemplo).
Uno de los mayores peligros se refiere a las agroexportaciones dirigidas a mercados clave como Japón y la Unión Europea (donde el Perú vende actualmente un 70% de productos agrarios). Estos países no toleran la entrada de alimentos transgénicos o de animales (por ejemplo aves) engordados con granos transgénicos. No por casualidad Chile, que tiene TLC con Estados Unidos, pero cuyo comercio agrícola más importante es con Europa y con Japón-prohíbe y controla férreamente el uso de material transgénico en sus procesos productivos internos, precisamente para proteger sus exportaciones de frutas, hortalizas, o salmón hacia esos mercados.
Existe un enorme debate internacional sobre si los productos transgénicos son beneficiosos para el desarrollo del sector agrario, o si afectan o no a la enorme biodiversidad de países como el nuestro, o si ponen en riesgo la salud de la población que los consume. En el caso peruano, además, esta tecnología debe mirarse con cuidado pues somos un país que puede ganar más exportando productos libres de transgénicos que de otra manera. Al respecto, un reciente estudio ha demostrado que la presencia de material transgénico en los cultivos de maíz en la costa central peruana ya viene ocurriendo(*). Si se valida este importante descubrimiento, y si se profundiza el proceso con un tratado de comercio sin mayor regulación interna, podríamos estar aumentando el riesgo para las agro-exportaciones peruanas a mercados importantes y dinámicos como los señalados. Se afectaría nuestra imagen de nación productora y exportadora de productos libres de transgénicos. Esto también limitaría nuestras posibilidades de exportar artículos orgánicos a nichos exclusivos y altamente disputados.
El tema de fondo es, entonces la falta de control y la ausencia de una adecuada regulación de estos productos y tecnologías, más aún con un acuerdo comercial ad portas. Tenemos ya pactos internacionales y normas internas que nos permiten regular la entrada de estos productos y de la tecnología correspondiente. Sin embargo hasta la fecha, el Gobierno no ha aprobado reglamentos cruciales para otorgar capacidad sancionadora necesaria en el tema a entidades sectoriales como el Instituto Nacional de Investigación Agraria (INIA) o la Dirección General de Salud Ambiental (Digesa).. Estos reglamentos deben ser aprobados inmediatamente y se les debe asignar recursos a las autoridades para una adecuada regulación.
Nuestro país debe prepararse seriamente para aprovechar el TLC y no lamentarnos luego de haber aceptado alegremente la libre entrada de productos controversiales debido a que no se contó con una capacidad real de control de un proceso que difícilmente, podrá revertirse una vez iniciado.
(*) Antonieta Gutiérrez Rosati (2007) «Organismos Vivos Modificados (OVM´s): Retos y Acciones Pendientes». Informe de Investigación presentado ante las autoridades peruanas.