Economía del agua
Zulena Escobedo
verdever.gt@gmail.com
La buena gestión del agua es un tema a tratar en todas las regiones del mundo; sin embargo, existe la preocupación por las pocas acciones que se toman. Las condiciones climáticas no han sido favorables para algunos países, han ocasionado una serie de inconvenientes que repercuten no solo en la vida diaria de la población, sino en la producción de alimentos y el desarrollo de otras actividades.
El tema del agua es extenso, ya que es necesario considerar no solo la protección de los cuerpos de agua, sino el manejo adecuado de desechos, uso y límites de los recursos para la industria o consumo, por ejemplo.
Eduardo Zegarra Méndez realizó un análisis de las aplicaciones para una mejor gestión de este recurso, llamado Economía del agua. Como indica Zegarra, el agua es un derecho básico de la población, esencial para la vida y la salud; debería ser parte indispensable de la agenda de los gobiernos.
Uno de los retos más complejos en la gestión del vital líquido es el uso multisectorial en una misma cuenca hidrográfica, opina Zegarra. Además, la cuantificación y definir el costo del uso del agua es otro de los problemas en los que los economistas y profesionales de otras disciplinas intentan dar una solución.
En 2011 se presentó la Política Nacional del Agua de Guatemala, priorizando el tema hídrico como elemento central del desarrollo del país. La política define cuatro líneas estratégicas: 1. Agua potable y saneamiento para el desarrollo humano. 2. Conservación, protección y mejoramiento de fuentes de agua, bosques, suelos y riberas de ríos en cuencas. 3. Planificación hidrológica, obras hidráulicas de regulación y gobernabilidad del agua. 4. Política pública y régimen legal e institucional de las aguas internacionales. Así como se definió en su momento la política específica para el agua, no podemos dejar de mencionar la ley de aguas, que hasta el momento ha quedado en el olvido en el Congreso de la República.
Son muchos intereses los que se mueven en torno a este tema; sin embargo, debe ser prioridad para los gobiernos considerar la protección de las fuentes de agua. Es indispensable, además, dar continuidad a las acciones que se han definido en una serie de programas, que no se queden únicamente en papel, sino que se traduzcan en resultados que garanticen el buen uso del agua.